Gatos: problemas digestivos
1- Regurgitación (disfagia): es la expulsión pasiva de saliva o alimento no digerido. Puede deberse a una obstrucción, a un trastorno oral o de la faringe, a un trastorno doloroso del esófago o a un problema de motilidad. Si el gato regurgita a menudo, hay que acudir al veterinario sin falta. Mediante una radiografía simple y, en ocasiones, una esofagoscopia, el facultativo podrá concretar el diagnóstico y pautar un tratamiento adecuado.
2- Vómitos: los ocasionales no se consideran alarmantes. Son propios del comportamiento alimentario de los carnívoros. Sin embargo, en gatos, los vómitos agudos y frecuentes son una de las razones principales de consulta al veterinario. Los vómitos de origen digestivo pueden deberse a problemas gástricos. Los más comunes son:
3- Síndrome de retención gástrica: incapacidad del estómago para evacuar su contenido en el plazo fisiológico. Por eso, el síntoma más claro de este síndrome que afecta a la digestión del gato es que vomita el alimento no digerido mucho tiempo después de comer. También puede ser que el gato vomite sólo jugo gástrico. Puede llegar a requerir tratamiento quirúrgico, pero la dieta es muy importante para favorecer el vaciado gástrico. La recomendación es elegir un alimento para gatos muy digestible y rico en fibra (12-15% de fibra alimentaria total).
4- Diarrea: otro de los problemas digestivos más frecuentes en gatos. Se caracteriza por un aumento de la frecuencia de evacuación, humedad y volumen de los excrementos del gato. Las heces normales de los gatos contienen entre un 55% y un 70% de agua. Estos porcentajes pueden aumentar hasta el 90% en caso de diarrea, según explican desde el Grupo de Medicina Felina GEMFE. Está causada principalmente por enfermedades intestinales. También puede estar causada por una indigestión o por infecciones víricas, bacterianas o por parásitos. Para prevenir la diarrea en gatos es necesario proporcionarle al felino una dieta muy digestible.
5- Flatulencias: La formación de gas en el tracto intestinal es un proceso normal relacionado con la actividad de la flora intestinal. Es muy importante evitar aquellos ingredientes que favorecen la formación de gases en el intestino. Muchas legumbres y otros ingredientes vegetales pueden estar contraindicados. Las flatulencias suelen reflejar la mala calidad de la dieta del gato. Generalmente, un pienso de baja calidad contiene proteínas también de baja calidad. Las flatulencias son comunes en los casos de hipersensibilidad o de alergia alimentaria. Como tratamiento, se recomiendan dietas de exclusión o que contengan una única fuente de proteína animal poco utilizada en las dietas comerciales como puede ser el pato.
En resumen: la calidad de la digestión del gato es una consecuencia directa de la digestibilidad del alimento que come el felino. Escoger una dieta digestible es la clave en la prevención de cualquier problema digestivo.
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