El síndrome de cauda equina en perros es un proceso degenerativo de las vértebras lumbar 7 y sacra 1. Se encuentran al inicio de la cola.
Sus síntomas pueden confundirse con los de una displasia de cadera. Siempre es necesario el examen exhaustivo por parte de un veterinario para determinar el diagnóstico.
¿Qué es la cauda equina en perros?
La degeneración de ciertas vértebras lumbares y sacras, en concreto la L7 y la S1. Se encuentran justo donde se inicia la cola del perro. Cuando esa degeneración provoca la compresión o destrucción de las raíces nerviosas que forman la llamada cauda equina o cola de caballo, el perro sufre dolor. En los casos más graves, daños neurológicos que pueden llevarlo hasta una parálisis de sus cuartos traseros.
Hay que tener cuidado porque, en muchos casos, puede diagnosticarse, por error, una displasia de cadera cuando, en realidad, se trata de cauda equina en perros. La estenosis lumbosacra o cauda equina en perros es un proceso degenerativo y, en consecuencia, progresivo en el tiempo. La compresión que se produce entre el espacio intervertebral de la L7-S1, produce un pinzamiento sobre las raíces nerviosas de la cauda. Esta inestabilidad que produce la compresión, acaba desplazando e identando el disco intervertebral, produciéndose una hernia discal, pinzando toda la cauda.
La cauda equina es frecuente, sobre todo, en perros de talla mediana y grande. Aunque las razas pequeñas tampoco están totalmente exentas de poder sufrir esta enfermedad.
Razas como el Golden Retriever, el Pastor Alemán o el Rottweiler están predispuestas a sufrir este tipo de problema y pueden presentar un síndrome de cauda equina conjuntamente con una displasia de cadera o incluso confundirse en el diagnóstico.
Síntomas de la cauda equina en perros
La detección precoz es el mejor tratamiento para este problema degenerativo.
Existen dos tipos de tratamientos para la cauda equina en perros:
1. Tratamiento conservador
2. Tratamiento quirúrgico (en los casos más graves)
El veterinario buscará la descompresión de las raíces nerviosas afectadas y la estabilización de la fractura, hernia o luxación.