marzo 19, 2024
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Adiestrar a un gato es posible. Al tener una naturaleza menos social que los perros, los gatos cuestan más de educar y adiestrar. Eso no quiere decir que tengan menos capacidad para aprender. En Huella Canina te explicamos cómo adiestrar a un gato.

Se pueden adiestrar y educar

A diferencia de los perros, los gatos suelen mostrar un comportamiento independiente y territorial. También son capaces de vivir en grupos sociales. Disfrutan del contacto con sus propietarios. Los gatos son tan capaces de aprender como los perros pero,  no disfrutan con el adiestramiento tanto como ellos porque son más huidizos.

El secreto para adiestrar a un gato

La clave: utilizar siempre el refuerzo positivo como base para la educación y el entrenamiento. Son muy sensibles al castigo. Una educación basada en reprimendas puede ser contraproducente. Parte del secreto del éxito a la hora de educar a un gato está en saber motivarlo y en empezar a adiestrarlo cuanto antes.

Adiestrar a un gato con premios

El mejor modo de educar a un gato es mediante el refuerzo positivo; cuando un determinado comportamiento tiene consecuencias positivas para el gato, el animal tiende a repetirlo. Si premias a tu gato cada vez que hace algo positivo, entenderá que es lo correcto y repetirá el comportamiento. Puedes premiar a tu gato con: comida, caricias (si gustan), palabras cariñosas o con un rato de juego. Escoge lo que más le guste y le motive.

Adiestrar a un gato mediante castigos; riesgos

Siempre es mejor premiar a tu gato por aquello que hace bien antes que castigarle por aquello que hace mal. Aplicar un castigo correctamente es muy complicado:

  1. Inmediatez: solemos llegar demasiado tarde y reñir al gato cuando ya ha terminado de hacer aquello que no nos gusta
  2. Brevedad: tendemos a alargarnos demasiado en las regañinas
  3. Intensidad moderada: nos cuesta modular la intensidad de la reprimenda

Todo esto hace que el gato no entienda la situación…

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Los peligros de un castigo mal aplicado son diversos y hay que tenerlos en cuenta:

  • Evitación y no cooperación: el castigo promueve conductas de evitación, pero nunca de cooperación. Si no le decimos al gato qué queremos que haga en vez de eso que tanto nos molesta y, simplemente, le reñimos por hacerlo, no conseguiremos nunca que nuestro animal sepa qué tiene que hacer para que no le regañemos.
  • Miedo y agresividad: muchos gatos reaccionan con agresividad ante el castigo porque se sienten amenazados. Esto es muy peligroso tanto para el animal como para el propietario.
  • Deterioro del vínculo afectivo: Existe el riesgo de que el vínculo entre propietario y gato se vea afectado de forma negativa.
  • Bienestar animal: El aprendizaje basado en el castigo compromete el bienestar del gato a largo plazo porque provoca estrés y ansiedad

El castigo genera una aversión a la situación que impide la relajación del animal y el estado mental positivo del gato necesario para poder aprender lo que queremos enseñarle.

Adiestrar a un gato con tiempo, paciencia y cariño; claves

Son la paciencia y el cariño, tal como ocurre con otros animales o incluso con niños pequeños. Los gatos son animales muy inteligentes y tienen una gran capacidad de aprendizaje. Es necesario dedicarles tiempo y atención para que entiendan y acepten aquello que les queremos enseñar. La clave está en no correr ni exigir aquello para lo que no están capacitados.

En HuellaCanina.com disponemos de una amplia gama de premios para tu gato.

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